Con una gran producción colectiva, La Gloria demolió a Banco San
Juan por 5 a
0 y sigue puntero en la tabla. Soto, Grillo, Jiménez y Moyano por dos hicieron
los goles de un equipo que demostró toda su jerarquía.
El Loro Moyano: Metió dos goles en 3 minutos para su papá que lo miraba desde el banco de suplentes. |
En el inicio, Banco intentó instalarse en campo gloriosos,
pero La Gloria
se percató de eso y enseguida neutralizó al equipo bancario. Y a medida que se
acomodó en el campo, el equipo del Soto empezó a ejercer su dominio.
Primero mojó el primogénito del DT, Javier. El gol vino de
una jugada preparada de tiro libre donde Soto remató con mucha categoría por
arriba de la barrera y colando la pelota en el ángulo.
Después fue el turno para que se luciera el Veneno Frau. Con
una gran jugada individual por el lateral izquierdo, dejando varios jugadores
bancarios en el camino hasta ingresar el área chica cerca de la línea de meta;
tocando hacia el punto del penal donde esperaba Bruno Grillo sin marca que no
tuvo más remedio que empujarla a la red.
Con el 2-0 los equipos se fueron al descanso y en el segundo
tiempo esa ventaja en el marcador soltó más al equipo glorioso que encontró una
importante movilidad, más renovada con el ingreso del Chipi Sebastián. Banco San
Juan salió en busca del descuento pero La Gloria lo frenó con otro gol. El Pochocho Alvo se
animó más a la escalada por su lateral y fue por él, que vino el tercero. Preciosa…
perdón; precioso centro a la frente del Cabezón “Hoy Me Curo” Jiménez que ganó
muy bien arriba y cabeceó cruzado al palo del arquero.
Sin embargo, con el correr de los minutos el trámite se hizo
más parejo, con el equipo bancario que volvió a adelantarse en el campo aunque
sin generar situaciones de peligro. Igual el partido se jugó al ritmo del último
campeón. Pelota al pie, lindas jugadas colectivas y pincelazos individuales
sirvieron para terminar una gran actuación.
Cuando faltaban 5 minutos, el DT hizo un cambio táctico y lo
manó a Maximiliano Moyano de volante por izquierda sacándolo del fondo. El Loro
se sintió cómodo y en 3 minutos metió dos goles. El primero fue un remate de
media distancia cruzado al ras del suelo insecable para el arquero. El segundo
fue de cabeza tras una pelota llovida al área bancaria. (un gol normalito). El
partido ya estaba liquidado pero los dos goles del Loro sirvieron para que su
padre que lo miraba desde el banco se fuera orgulloso pa´ las casas.
PD. Guirado: No te extrañamos.
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